Vida y amor


           Hace unas semanas estuve en una visita guida por el cementerio de Pueblonuevo (Barcelona), una forma curiosa de pasar un domingo por la mañana. El chico que nos guiaba nos explicó a través de la construcción del cementerio y las personas que estaban enterradas la historia de Barcelona, cómo creció la ciudad y cómo próspero, pasando por historias románticas de amor entre Indians y personajes de la aristocracia, por historias de inventores geniales, industriales, comerciantes e incluso santos. 

            La historia pasa a través de todos y cada uno de nosotros y a través del tiempo, las dos coordenadas tiempo y espacio se concretan aquí y ahora en nosotros, este hecho lo vivimos con normalidad porque así hemos nacido, pero en sí alberga el milagro de la vida. 

            El tic-tac del reloj nos marca todas y cada uno de los segundos en que estamos aquí y ahora viviendo, amando, riendo, llorando, durmiendo y en este tic-tac jugamos a pensar que somo inmortales, jugamos como si fuéramos dueños de algo y realizamos las mayores proezas de la humanidad y las mayores catástrofes. 

           Tengo la sensación que entre ti-tac se nos escapa algo y pienso que ese algo puede ser nuestro espíritu que no conoce los límites del tiempo y del espacio en el qué nuestro cuerpo juega, ese espíritu que tiene el conocimiento de todo lo acontecido y todo lo que vendrá pero que resulta tan difícil de poder entender en nuestras mentes, y es donde se concreta la dualidad de lo limitado y lo ilimitado. 

           Y por unos instantes entiendo que en el presente, en el aquí y ahora confluye mi cuerpo y mi alma en su totalidad, me embarga la emoción y la alegría de sentir mi corazón cómo late fuerte por la vida y el amor. 


Marta Tadeo 
Ciudadana de la vida 

 Foto: Marta Tadeo

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